Add parallel Print Page Options

30 con él estaba yo, como un artífice maestro. Yo era su delicia todos los días
y me regocijaba en su presencia en todo tiempo.
31 Yo me recreo en su tierra habitada,
y tengo mi delicia con los hijos del hombre.
32 “Ahora pues, hijos, óiganme: Bienaventurados los que guardan mis caminos.

Read full chapter